Situación actual

En la actualidad la trashumancia en una actividad minoritaria en la ganadería española, aunque siguen existiendo en algunas zonas importantes rebaños. Además de la trashumancia de vacuno, todavía se mueven algunas cabezas de ganado lanar en movimientos de largo recorrido. También queda una cabaña trasterminante (trashumancia de corto recorrido) de cierta importancia.

La trashumancia se ha ido adaptando a los tiempos. Se fue abandonando el desplazamiento a pie y se sustituyó en un primer momento por el ferrocarril y, en la actualidad, por el transporte en camiones. En la actualidad los recorridos a pie son muy escasos en la trashumancia de larga distancia.

Vagón de tren para el transporte de ganado.

Vagón de tren para el transporte de ganado.

Sería ingenuo no plantearse que la trashumancia tiene serios problemas para su continuidad y su futuro. Pero del mismo modo, sería triste pensar que nuestra generación va a ser la que certifique la desaparición de una actividad milenaria que ha sabido adaptarse a lo largo de la historia.

En la actualidad se empiezan a levantar voces que reclaman una vuelta a la actividad. La nueva sensibilidad sobre la calidad alimentaria y sobre la puesta en marcha de sistemas de producción sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, abogan por la recuperación de los sistemas tradicionales de producción. Sin duda la trashumancia es un sistema que se fundamenta en el aprovechamiento racional de los recursos naturales y que, además, puede contribuir a la conservación de entornos rurales y naturales de especial interés. Gredos y la conservación de la trashumancia de avileño es sin duda un buen ejemplo de esta situación.

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El turismo puede jugar un papel fundamental también en la conservación de la actividad, buscando nuevas rentabilidades y abriendo nuevos mercados a sus productos. Las posibilidades que ofrece el turismo están todavía por desarrollar y es necesario ponerse cuanto antes manos a la obra, siendo conscientes que la oportunidad existe aquí y ahora.

Nuevos tiempos y nuevas realidades obligan a innovar y buscar nuevas soluciones que sean capaces de combinar tradición con modernidad, pasado con futuro. Un reto que no podemos desdeñar. Sin duda la conservación de la trashumancia lo merece.