«…los pastores han de estar en una continua vigilancia, y reposar de noche, como se dice comúnmente, entre duerme y vela.
Para que los pastores puedan dormir á cubierto del mal temporal se construirán un chozo grande, donde puedan reunirse todos a cenar, quedando después para el Rabadán y Zagal; además un chozuelo en cada uno de los rediles en que se divida el rebaño.»
(Manuel del Río. Vida pastoril)